Por SALVADOR BARRERA
Salvador Barrera posa con una tarjeta que se ve con frecuencia en el programa. (Foto de Bella Espinosa/Ethic News)
Squid Games”, una serie de televisión de Netflix, se ha convertido en un fenómeno mundial en un abrir y cerrar de ojos. El programa plantea la pregunta: ¿cuánto estás dispuesto a sacrificar por una oportunidad de salvación? “Squid Games” se redujo a su esencia, demostrando cuánto la humanidad está dispuesta a sacrificar por la esperanza.
La serie comienza con Gi-Hun en la pobreza y necesita dinero para recuperar la custodia de su hija después. A medida que avanza el programa, conoce a un hombre que le ofrece la oportunidad de participar en Squid Games, donde juega su vida por dinero. Compite en juegos infantiles y a medida que continúa en los juegos, se vuelve insensible a la muerte de los demás. Hacia el final de la serie, un hombre está dispuesto a perseverar y no sucumbir a la muerte que lo anhela.
Esta serie es una obra maestra a su manera. Sin embargo, deja mucho que desear, ya que se deben abordar muchos agujeros en la trama en la nueva temporada, como lo que le sucede a la hija de Gi-Hun y cómo los organizadores de Squid Games logran que los directores de juego organicen los juegos.
Aunque surgen muchas preguntas, “Squid Games” brinda una explicación detallada de los eventos actuales de la historia, como las historias de fondo de cada uno de los personajes principales y el impacto que tiene el anciano al darse cuenta de que no todo es lo que parece.
Sin embargo, el programa identifica bien los diferentes puntos de la trama. El espectáculo muestra cómo cada concursante tiene una vida fuera de los juegos y sus diferentes motivos para querer ganar el premio. El premio en efectivo es el incentivo para los concursantes ya que todos se encuentran actualmente en la pobreza. A pesar de los diferentes puntos de la trama, el programa encuentra la manera de conectar esto con la idea principal que todos los concursantes tienen que jugar.
Atrae con éxito la atención sobre las dificultades que muchos tienen que soportar y cómo no ven otra salida a su dolor y lucha además de los juegos.
Aunque los concursantes se enfrentan a la realidad de que pueden abandonar los juegos, se niegan y arriesgan su vida por un atisbo de esperanza.
Muchos críticos de “Squid Games” dicen que es demasiado sangriento e insensible al público. Sin embargo, el programa utiliza una cantidad adecuada de horror para enganchar a la audiencia y mantenerlos al borde de sus asientos. No está hecho para niños, fue hecho para personas que buscan la verdad de la humanidad con el mal y las personas deberían esperar esto mientras lo miran.
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